Amados amigos:

¡Os amamos mucho!

No nos cansaremos de repetirlo: ¡Os amamos!

Os amamos más de lo que jamás podréis comprender mediante la lógica humana porque nuestro amor no se basa en la lógica. Nuestro amor se basa en permanecer fieles a nuestra naturaleza esencial, que es el Amor. Vuestra naturaleza esencial también es Amor, por eso os sentís mucho mejor cuando estáis inmersos en el amor, ya sea amando algo o a alguien, amando una idea, amando vuestra cena o vuestro postre, amándoos a vosotros mismos y amando a vuestro Creador. Cuando amáis, sentís el flujo del Amor del Creador fluyendo a través de vosotros sin importar hacia dónde dirigís vuestro amor y atención. Cuando amáis, os sentís como la mejor versión de vosotros mismos, porque, de hecho, lo sois. Cuando amáis, sois como la ola que siente el poder del océano sobre, dentro y debajo de ella.

A todos vosotros también os encanta ser amados. A todos os gusta ser reconocidos. A todos os encanta que otros hagan brillar la luz del amor sobre vosotros. Cuando alguien os ama, sentís vuestro valor mucho más fácilmente que si tuvierais que creerlo por vosotros mismos. Cuando alguien os ama, veis un reflejo de vuestro hermoso corazón reflejado en vosotros a través de los ojos de otra persona. Cuando alguien os ama, empezáis a amaros y reconoceros más. Os cuidáis mejor. Brilláis más. Amados, en el espejo del amor de otra persona os sentís como vuestro verdadero Yo. Enamorados, no solo deseáis lo mejor para vosotros sino el Mayor Bien para todos. Enamorados, sois la mejor versión de vosotros mismos.

Sin embargo, no necesitáis esperar a que otro os ame para vivir “enamorados”. Podéis vivir “enamorados” en todomomento. Podéis encontrar algo que amar y sentir ese flujo de amor moviéndose a través de vosotros. Podéis observar vuestro cuerpo o la Naturaleza para daros cuenta del inmenso Amor que el Creador tiene por vosotros. Podéis reflexionar sobre el milagro de la fresa que tenéis en la mano y el magnífico recorrido que ha hecho para ofreceros un delicioso bocado de dulzura. Podéis observar una abeja posada en una flor y maravillaros con su dedicación en polinizar vuestra comida y las flores para ofreceros miel. Amados nuestros, si todo lo demás no fuera suficiente, podéis sentir el Sol en vuestro rostro y reflexionar sobre la estrella que da vida a vuestro planeta. El Amor está presente en la magnífica danza que las estrellas bailan en el Cosmos y en el vaivén interminable de los océanos. ¡El Amor Divino está en todas partes!

Ya se dijo que si buscáis, encontraréis; por lo tanto, buscad el sentimiento amoroso para que podáis conectaros con él cada vez con más frecuencia. Pensad en ello como una habilidad que estáis desarrollando. Cuando encontráis ese sentimiento amoroso, vuestra vibración se eleva instantáneamente. Inmediatamente, estáis fluyendo hacia todo lo que deseáis. En el sentimiento amoroso podemos escucharnos o percibirnos más fácilmente. Tenéis más alegría. Os sentís más seguros. Confiáis más en la vida. Todo esto es lo que sucede cuando buscáis y encontráis ese sentimiento amoroso, porque, en verdad, esa es vuestra frecuencia original, la frecuencia del Hogar. Aquí es donde os sentís más como vuestro verdadero yo. A medida que sentís el sentimiento amoroso, sin importar si dais o recibís, os volvéis menos susceptibles a las energías externas y más susceptibles a la guía de la Divinidad y de vuestros ángeles. En esa vibración, os convertís en una luz que ilumina la Tierra.

Amados, no es difícil encontrar pequeñas cosas que amar si estáis dispuestos. Coged una piedra, maravillaos con su textura e imaginad el periplo que ha tenido que hacer hasta caer en vuestras manos, quizá desde el mismísimo centro de la tierra o desde un antiguo fondo marino. Imaginad los ríos que la llevaron y la pulieron. Imaginad los eones de los que ha sido testigo a lo largo de su existencia. Amadla y apreciadla. O tomad vuestra bebida matutina y contemplad las innumerables almas que trabajaron para producirla,comercializarla, empaquetarla, enviarla y entregárosla. Os estáis bebiendo los esfuerzos de miles de almas que amaron a sus familias y su vida lo suficiente como para levantarse y hacer su trabajo a fin de traeros vuestra bebida matutina. O bien tomad un momento para apreciar una planta y las miles de células que crecen en ella aquí y ahora. Está zumbando con vida eterna, entrando y saliendo de la forma.

El Amor está presente en todo momento, a pesar de que las personas que amáis estén o no ante a vosotros. Vuestros seres queridos en espíritu están aquí, recibid su amor. Vuestros ángeles estamos aquí, recibid nuestro amor. Lo Divino está aquí y siempre podréis recibir el Amor que sois.

Cuanto más os conectéis con el Amor, de cualquier manera que elijáis hacerlo, ya sea mediante el sueño, la meditación, el aprecio, haciendo cosas para vosotros o para los demás, ya sea orando, meditando, caminando, cocinando, creando, sirviendo o siendo, más y más percibiréis al Yo más poderoso, más abundante, más amado y más cuidadoso y mejor os sentiréis.

No esperéis que otros os den este regalo de amor. Reclamadlo para vosotros mismos con frecuencia y, luego, cuando dirijan esa luz sobre vosotros, simplemente amplificará el amor que ya habéis encontrado, con el que habéis fluido y con el que os habéis inspirado desde dentro.

El Amor está ahí para vosotros ahora y siempre. Es vuestro para que lo sintonicéis, lo integréis y lo compartáis.

¡Dios os bendiga!

¡Os queremos un montón!

Con muchísimo amor,

LOS ÁNGELES

Canalizado por Ann Albers